sábado, 28 de diciembre de 2013

CONTEXTO DE DESCARTES

CONTEXTO HISTÓRICO
El contexto histórico de Descartes se corresponde con el descrito en la obra de Los Tres Mosqueteros de Alejandro Dumas. Descartes (1596-1650) es un filósofo del siglo XVII. El contexto histórico en el que fue escrito el Discurso del Método es el Siglo de Oro francés. Políticamente, Francia, al igual que el resto de las grandes naciones europeas de la época, se organiza como una Monarquía Absoluta, que llegará a su apogeo con Luis XIV y la identificación entre el monarca y el estado.
El siglo XVII es también un período de crisis en Europa: La consolidación de los estados modernos, sus afanes imperialistas y la lucha por la hegemonía entre Francia, España, Holanda e Inglaterra, provocan grandes enfrentamientos entre ellos. Una buena parte de la vida de Descartes coincide con la Guerra de los 30 años entre los estados católicos y protestantes del imperio alemán. De hecho, el capítulo segundo del Discurso del Método se ubica en Alemania donde el propio Descartes afirma que había ido movido por el “deseo de conocer unas guerras”.
Desde el punto de vista socioeconómico, en el siglo XVII se produjo un fuerte desarrollo de la burguesía vinculada al capitalismo mercantilista, favorecido a su vez por la expansión del comercio marítimo y colonial.
CONTEXTO CULTURAL
Si desde el punto de vista histórico el tiempo de Descartes es el siglo XVII, desde el punto de vista cultural su tiempo es el Barroco. Es esta una época cuyo tono general es pesimista. A este pesimismo contribuye en gran medida la confrontación teológica entre católicos y protestantes de la que hemos hablado antes y en la que Descartes participó. Sobre esta cuestión opina Bertrand Russell en su Historia de la Filosofía occidental que el cansancio intelectual que esta interminable guerra provocó, tuvo el efecto de desviar la atención de las mentes más brillantes (entre ellas la de Descartes) hacia temas no religiosos, especialmente la ciencia y las matemáticas, afirmación esta que puede considerarse acertada en el caso de Descartes.
Otro rasgo cultural interesante de esta época es la invención y desarrollo de la imprenta. Este invento permite, entre otras cosas, que el ámbito de la cultura salga fuera de los círculos eclesiásticos (Monasterios, catedrales) haciéndose accesible a personas ajenas a la religión. De ahí también que el latín comience a no ser la lengua culta en exclusiva y se publiquen muchos libros en las lenguas nacionales. De hecho, el texto que estamos comentando fue una de las primeras obras escritas en francés.
Un hecho tuvo singular importancia en la vida intelectual de Descartes: su conocimiento de la condena de Galileo por el tribunal de la inquisición en Roma. Descartes tuvo miedo de que algunas de sus ideas pudiesen ser objeto de un juicio parecido y, por ello, decidió no publicar su Tratado del mundo. Sólo unos años más tarde, en 1637, publicó una parte de su obra científica, Dióptrica, Meteoros y Geometría, precedida, como introducción metodológica, por el Discurso del Método. Es probablemente el miedo que tiene a la censura el que le hace publicar esta obra de forma anónima, aclarando insistentemente en el capítulo segundo, que sus intenciones no son otras que las de reformar su propio conocimiento y que desaconseja a todo el mundo que haga lo mismo y, en la cuarta parte, le llevarán a destacar la importancia de Dios como garante de cualquier conocimiento. Sin duda, lo contrario podría haber sido entendido como una llamada a una especie de revolución absolutamente inaceptable para las autoridades de la época.
Todas estas “precauciones” le sirvieron de poco. En 1643 el Consejo de la Universidad de Utrecht condena a Descartes por ateísmo, después será acusado de pelagianismo, y tras su muerte alguna de sus principales obras serán condenadas por la Iglesia.
Contexto filosófico
La vida de Descartes coincide con el final del Renacimiento. Desde el punto de vista filosófico, podemos decir que ya hacía algún tiempo que Dios había dejado de ser el centro de la preocupación filosófica como ocurría en la Edad Media. El hombre se convierte en el objeto principal de la filosofía y, especialmente, los temas relacionados con el conocimiento. Este es el terreno en el que Descartes es considerado el fundador y principal representante de la corriente racionalista. Esta corriente toma como referencia la ciencia moderna (Galileo, Bacon, Kepler) y como modelo el método matemático. Además, como el propio nombre indica, conceden a la razón, el conocimiento teórico, una importancia radical, aceptando el innatismo de los principios esenciales del conocimiento y despreciando el conocimiento sensorial como fuente fiable. Leibniz, Spinoza y, por supuesto el propio Descartes son los principales representantes del Racionalismo. Descartes formuló una teoría sobre el mundo físico (sustancia extensa) denominada mecanicismo que intenta explicar el mundo como una gran máquina y que será precursora de las concepciones materialistas posteriores como la de La Mettrie en su obra El hombre máquina.

Históricamente, el Racionalismo encuentra su oposición en el Empirismo británico de Locke y Hume. Ellos, y especialmente Hume, representan la oposición radical a la filosofía cartesiana fundando una corriente que rechaza la existencia de ideas innatas y pone en la información sensorial, la fuente y el límite del conocimiento humano.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

FILOSOFÍA. ETIMOLOGÍA



La invención del término «filosofía» suele atribuirse al pensador matemático griego Pitágoras de Samos,aunque no se conserva ningún escrito suyo que lo confirme.12 Según la tradición, hacia el año 530 a. C., el tirano León trató de sabio (σοφóς) a Pitágoras, el cual respondió que él no era un sabio, sino alguien que aspiraba a ser sabio, que amaba la sabiduría, un φιλο-σοφóς:

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sábado, 26 de octubre de 2013

Antonio Gala

Poeta, dramaturgo, novelista y escritor español que ha conocido en los últimos años un reconocimiento unánime de público y crítica.

Sus premios más destacados son:

  • Accésit del premio Adonais de poesía en 1959 por "Enemigo íntimo".
  • Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca en 1963 por "Los verdes campos del Edén"
  • Premio Planeta de novela en 1990 por la novela "El manuscrito carmesí"

La obra teatral de Gala es muy amplia y ha gozado más de los favores del público que de una parte de la crítica. Esto ha podido deberse a la dificultad de clasificar su obra, ni de crítica social ni acomodaticia burguesa sino lírica y épica, y con una gran carga alegórica para que el público establezca las conexiones con la realidad próxima o lejana que su imaginación le permita. Entre sus obras de más éxito pueden citarse:

 Teatro de Antonio Gala

Título  Año
Anillos para una dama1973
¿Por qué corres, Ulises?1975
Petra Regalada1980
Samarkanda1985
Carmen, Carmen1988
La truhana1992

Su llegada a la novela fue tardía, pero con un éxito de público arrollador. A El manuscrito carmesí, han seguido, La pasión turca (1993), llevada al cine por Vicente Aranda, Aguila bicéfala (1994) y La regla de tres (1996). Toda la trayectoria literaria de Gala está marcada por temas de tipo histórico que utiliza más para iluminar el presente que para ahondar en el pasado. Ha escrito también guiones televisivos y artículos periodísticos.

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